Últimamente me ha dado por las galletas. Son muy sencillas de hacer, la casa huele tan bien y salen bastantes, así que tienes para el desayuno de unos cuantos días.
Esta vez he querido probar con las de doble chocolate, que siempre han sido mis favoritas, aunque con lo buenas que salieron las de chocolate blanco con arándanos y avena, el primer puesto está ahora bastante reñido...
Galletas doble chocolate (receta original de Martha Stewart)
1 taza de harina
1/2 taza de cacao en polvo (unsweetened dutch-process cocoa powder)*
1/2 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de sal
1 y 1/3 tazas de chocolate con leche de buena calidad (2/3 taza muy bien troceado o en pepitas y 2/3 en trozos más grandes para derretir)
1/2 taza o una barrita de mantequilla sin sal
1 y 1/2 tazas de azúcar
2 huevos
1 cucharadita de extracto de vainilla
* Si usáis un bote de marca americana como yo, fijaos bien que sea "dutch-process". Esto quiere decir que el cacao ha sido tratado para neutralizar su acidez. El otro tipo de cacao es el "natural", que es justamente el que yo tenía en casa. Si este es vuestro caso, sólo tenéis que modificar el dato del bicarbonato. Añadiremos para esta receta 1 cucharadita en vez de media.
Precalentamos el horno a 170º.
Mezclamos en un bol la harina, el cacao en polvo, el bicarbonato y la sal; lo dejamos a un lado.
Derretimos en el microondas el chocolate (sólo la mitad) con la mantequilla, teniendo mucho cuidado de que no se nos queme. Hay que ir haciéndolo poco a poco para que el chocolate no se nos pase (ponemos poco tiempo y sacamos a remover, y así hasta que este listo).
Una vez enfriado el chocolate y la mantequilla (al haberlo hecho poco a poco no debería estar muy caliente), añadimos el azúcar, los huevos y el extracto de vainilla, mezclamos hasta que esté combinado. Añadimos poco a poco la mezcla de harina anterior que habíamos reservado y vamos removiendo. Cuando esté todo bien mezclado incorporamos los trozos o pepitas de chocolate y mezclamos para que estén bien dispersas.
Utilizando una cuchara de helado pequeña (podéis hacerlo con dos cucharas normales si no tenéis), colocamos bolitas de masa en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear, dejando espacio entre ellas para que no se peguen al crecer.
Las horneamos durante 15 minutos o hasta la que la superficie esté plana y empiece a romperse. Sacamos la bandeja del horno y pasamos las galletas a una rejilla para que se enfríen completamente.
Muy importante: no horneéis las galletas más de la cuenta. Es normal que cuando las saquéis estén muy blanditas, se ponen más duras al enfriarse. Así que si os pasáis con el horneado, al enfriarse se quedarán duras como una piedra... (sí, lo digo por propia experiencia, la primera tanda de galletas quedó mal, ya sabéis que mi horno americano sin termostato es un horror...).
Truco: si metéis la masa de las galletas en la nevera por unas horas, vereis que os resulta más sencillo trabajar con ella (dejadla fuera un poquitín antes de manejarla).
Espero que os haya gustado la receta de hoy y espero que intentéis hacerlas (si lo hacéis, quiero ver foto! ;)
Nos vemos en la siguiente receta!